La otitis media aguda supone una molestia muy grande especialmente en los niños. Es un tipo de otitis que da mucho dolor de oido, problemas de pérdida de audición y sensación de tener el oído taponado.

Se localiza, dentro del sistema auditivo, en la zona del oído medio. Concretamente por la parte de detrás del tímpano así que no podemos detectar por nosotros mismos la infección. Para ello se debe acudir al médico o al especialista lo más pronto posible con el fin de evitar problemas como la sordera permanente.

Uno de los condicionantes para la formación de estas otitis es el descenso de temperaturas tan brusco que se da tanto en los meses de otoño como en los de invierno.

Cuando se acumula líquido detrás del tímpano y se inflaman alguna de las partes del oído medio es cuando se produce este problema auditivo, con su correspondiente dolencia. Cuando se prolonga en el tiempo y no se retira esta infección, estamos ante una otitis denominada crónica que puede afectar al futuro de la audición de las personas.

Cuando tenemos una otitis media aguda, el dolor de oído es fuerte y a pulsos, aunque también destacan síntomas como la fiebre y el cansancio (especialmente en niños). Es frecuente, además, que los zumbidos propios del tinnitus que también son molestos.

La mejor forma de tratar esta dolencia es con la ayuda del médico. Él o ella determinarán si se precisa de un antibiótico o simplemente con paracetamol y gotas podría resolverse. Los alivios sintomáticos del dolor se pueden obtener con gotas óticas que se venden en farmacias. En el caso de los bebés siempre que se presente esta otitis media aguda es imprescindible acudir al médico.

El antibiótico es la forma habitual para tratar este problema, siempre que el médico de cabecera o el otorrinolaringólogo lo considere oportuno. Siga las indicaciones y no suspendan el tratamiento aunque experimenten mejoría a los pocos días, hay que completarlo.