Cuidar de los oídos es algo que cuanto antes empecemos a hacer, antes revertirá en nuestra salud auditiva. Hay muchos condicionantes que pueden dañar nuestros oídos y que tenemos que tener en cuenta a la hora de mantener la salud auditiva en plena forma.
El oído es un órgano muy sensible expuesto de forma habitual a distintos agentes que pueden dañarlo como enfermedades, lesiones o incluso defectos congénitos que afectan a distintas deformaciones. Los cambios bruscos de temperatura y presión también afectan.
¿Cómo podemos mantener una más que aceptable salud para nuestros oídos?
- Una buena higiene del oído es necesaria y debe limpiarse en la parte externa, sobre todo. La cera es la forma natural de que nuestro oído se vaya limpiando por lo que con enjabonar y secar es más que suficiente. Hay que huir en la medida de lo posible del uso de bastoncillos de forma abusiva.
- Volumen. El control del volumen de nuestros dispositivos es esencial porque un volumen alto de forma reiterada daña nuestros oídos y más si utilizamos cascos de forma habitual y durante períodos prolongados.
- Huir de las zonas con ruidos demasiado fuertes y con un nivel de decibelios excesivo. No te coloques al lado de altavoces grandes en espacios tanto cerrados como abiertos y evita la contaminación acústica. Utiliza tapones si es necesario.
- Utiliza tapones para el agua en el caso de bañarte en aguas con salubridad dudosa. Así evitarás infecciones u otitis innecesarias. Controla el tiempo de baño, algo prudencial.
- Ojo con las gripes, las alergias y los resfriados que pueden provocar infecciones molestas y pérdida auditiva temporal. Ojo con la presión en los oídos también.
- Controla los medicamentos que consumes de forma habitual, hay algunos que pueden ser ototóxicos y dañar el oído. Consulta al médico, al igual que cuando utilices algún producto específico para la limpieza auditiva.