En el oído interno existen dos líquidos que se encuentran en la parte más interna del sistema auditivo y realizan una de las funciones importantes dentro del canal. Estos dos líquidos son:

 

La perilinfa es el líquido que baña la membrana timpánica y vestibular y también el espacio comprendido entre los conductos semicirculares óseos y membranosos del utrículo y sáculo. Tanto la perilinfa presente en la rampa vestibular como en la rampa timpánica tienen como componentes al sodio y al potasio y al calcio. Es rica en el primero y pobre en los otros dos. La gran diferencia entre la perilinfa de la rampa vestibular y la timpánica radica en que la primera proviene del plasma hemato-perilinfática y la perilinfa timpánica se origina en el líquido céfalo-raquídeo.

 

Por otro lado está la endolinfa, que se asemeja al líquido intracelular y se genera a través de la perilinfa. Baña todas las cavidades del laberinto membranoso (canales semicirculares, utrículo, sáculo y cóclea) y se recoge y es absorbido por el saco endolinfático.

 

Son los dos imprescindibles para el funcionamiento del oído, pero también tienen una función fisiológica importante. Ambos se encargan de activar las células cocleares y vestibulares por la transmisión de las señales mecánicas. También ayudan a la transformación de estas señales a través de impulsos nerviosos al poner en marcha fenómenos moleculares entre los líquidos y las células ciliadas.

 

 

¿Cómo funciona la endolinfa?

 

El saco endolinfático tiene mucho que ver en su funcionamiento. Se trata de una estructura con forma de globo llena de líquido ubicada en el oído interno. El líquido ubicado en el saco rodea y protege las estructuras de la parte interna del oído que intervienen en la audición y el equilibrio. Por ello, la perilinfa y endolinfa están unidas a la función de equilibrio del oído.

 

Sabemos que el oído puede estar sometido a diferentes tipos de presiones externas. Cuando aumenta la presión, el saco endolinfático libera líquido para aliviar la presión. El saco endolinfático también extrae líquidos y productos de desecho del oído interno y participa en la respuesta inmunitaria del oído interno contra sustancias extrañas.

 

Una de las causas del vértigo es por tener demasiado líquido en el oído. Si la persona tiene una cantidad anómala de líquido (endolinfa) en el oído es muy probable que la enfermedad de Ménière aparezca. La acumulación de este líquido endolinfático en el laberinto del oído interfiere con las señales de equilibrio y audición normales que van del oído al cerebro.